La editorial Blackie Books se ha propuesto echarnos una mano a quienes consideramos el inglés como nuestra eterna asignatura pendiente, y por este motivo publica English Is Not Easy, un libro ilustrado que nos ofrece algunos secretos de la lengua de Shakespeare a partir de los dibujos que su autora, Luci Gutiérrez, realizó para interiorizarlos. Culturalia ha hablado con ella sobre su relación con un idioma que, como reconoce, no es nada fácil, de su experiencia en Nueva York, de su día a día como ilustradora y, por supuesto, de las lecciones más complicadas a las que se enfrentó durante su aprendizaje.
English Is Not Easy es un compendio de las ilustraciones que realizaste en Estados Unidos en 2007. ¿Cuándo comprobaste que ese material podría ser la base para un libro como este? ¿Fue idea tuya o de la editorial?
Cuando regresé de Nueva York, por un lado tenía dibujos de calle y por otro lado apuntes de inglés; con este material, junto con la necesidad de digerir lo que había aprendido del idioma, el camino natural era convertirlo todo en una guía sobre el inglés. No fue algo buscado, sino que la idea la tenía delante de las narices y, además, me apetecía mucho hacerla. A partir de ahí estuve trabajando unos tres años en el libro compaginándolo con encargos de ilustración y, una vez lo di por terminado, busqué la manera de publicarlo.
Afirmas que no es un método de aprendizaje por sí mismo. ¿Qué encontrará el lector?
Decir que es un método de aprendizaje me parece atrevido porque no soy una experta en la materia, en realidad soy una usuaria del libro; yo simplemente he hecho la guía que necesitaba tener y que me va muy bien para consultar. El libro es un compendio de los temas básicos de la lengua sobre gramática y vocabulario, lo que se enseña desde el nivel elemental a intermedio, aderezado con ilustraciones y ejemplos, y el resultado es un híbrido de libro de texto y un libro de ficción ilustrado, porque el término novela gráfica tampoco encaja puesto que no es un cómic. De hecho, es difícil de explicar porque es una rareza.
¿A quién va dirigido?
Puede interesar por el tema o por los dibujos en sí, y creo que la combinación lo hace especialmente adecuado para quienes les cuesta aprender inglés o les da pereza estudiarlo. Aunque también puede funcionar como guía de consulta, para refrescar el idioma o para pasar el rato.
English Is Not Easy ya va por su tercera edición. ¿Esperabas este buen recibimiento? ¿Cuál crees que es el secreto de su éxito? ¿Quizás por el humor y el hecho de salir del habitual “The pen is on the table” para mostrar algunas situaciones más descaradas?
De hecho va por la cuarta. Pensaba que podía funcionar, pero no esperaba que tanto. Creo que la razón es el propio tema, el inglés, justo en este momento cuando tenemos la carencia tan presente; y el formato y el tono del libro, que es una opción para aprender seriamente pero de forma entretenida escapando del manual habitual. También creo que uno de los motivos del éxito es que lo haya publicado Blackie Books, por el trabajo que han hecho de promoción y porque ha llegado a más gente de la que suele interesarse por los libros ilustrados.
Las ilustraciones son las que solías dibujar en tu cuaderno de trabajo cuando paseabas por la ciudad. ¿Podemos deducir que los personajes del libro están basados en personas reales? ¿Y las situaciones?
La mayoría de personajes se basan en personas reales, aparecen amigos, gente que conocí y mucha gente con la que solo me crucé. Sobre las situaciones, las hay reales e imaginarias; aun así, la mayoría de las imaginarias parten de imágenes reales. Para mí el libro es también un diario de mi paso por Nueva York.
En el libro limitas a dos colores (negro y rojo) tus dibujos, pero en tu trabajo sueles introducir mucho más colorido. ¿Existen otras diferencias entre las ilustraciones del libro y las que sueles hacer para tu trabajo habitual?
Gráficamente creo que es muy distinto, los dibujos de English Is Not Easy tienen una referencia real y son más espontáneos; en cambio, los de mi trabajo habitual no tienen esa referencia y el dibujo es más controlado. En cuanto a contenido, los dibujos del libro están hechos al libre albedrío y en los trabajos de encargo tengo que ajustarme a unos parámetros que a veces me impiden salirme de la raya o quitan sentido que lo haga.
Divides el libro en 17 lecciones. ¿Cuál fue la parte más complicada de ese aprendizaje? ¿Recuerdas alguna lección convertida en una verdadera pesadilla?
Creo que los condicionales, como indica el dibujo de entrada al tema, que es una niña aterrorizada como de póster de película de terror de serie B. También los Phrasal Verbs, que diría que son la pesadilla de todos los que intentamos aprender inglés.
Cuentas que llegaste a Nueva York sin dominar el idioma. ¿No sentías vértigo por dar un paso como este? ¿Recomiendas lanzarse a la piscina de esta forma?
No solo sentía vértigo sino que estaba aterrada, pero me parecía emocionante. Tuve muchas limitaciones por el idioma, pero tampoco quería que esto fuera un impedimento para no hacer un viaje. Para mí fue toda una experiencia, con momentos buenos y malos, como debe ser. Hacer un cambio de paisaje siempre es recomendable.
Después de tu experiencia en Nueva York y la publicación de este libro, ¿cómo es tu relación hoy en día con el inglés? ¿Has superado el miedo escénico a expresarte en ese idioma?
Ya no odio el inglés y hasta me divierte estudiarlo (soy tozuda y sigo en ello). Ahora lo utilizo continuamente por trabajo y, en mi caso, solo el hecho de poder comunicarme en inglés me parece milagroso. El miedo escénico lo tengo incluso al expresarme en mi propio idioma.
Tu estancia allí te sirvió para empezar a publicar en la prensa del país –ha publicado en New York Times, Washington Post, Wall Street Journal, The New Yorker–. ¿Esa era la intención principal del viaje?
La intención del viaje era pasar una mili y hacerme una mujer. Para justificar el esfuerzo económico que me suponía, lanzarme a aprender inglés de una vez por todas era un motivo de peso. Y ya puestos, pensé que debía aprovechar y buscar una agente de ilustradores que me representara allí para poder trabajar luego desde aquí. Y al final, resulta que exprimí bien el viaje.
¿Cómo lograste tu primer encargo?
El primer encargo lo tuve antes de tener agente y mientras estaba en Nueva York. Gracias a que me pasaron el contacto de un director de arte del New York Times me reuní con él. Pensé que la reunión había sido desastrosa, de nuevo por el inglés; de hecho, lo fue incluso antes de la reunión, porque yo esperaba al tipo en la recepción del edificio del New York Times mientras él me esperaba en su oficina porque no le había entendido bien. Pero resulta que les trae sin cuidado que no domines el idioma porque cuando regresé a casa y revisé el mail me encontré con un encargo del periódico.
Según tu experiencia, ¿crees que es más fácil trabajar en EE. UU. como ilustradora que hacerlo en nuestro país? ¿Qué diferencias hay entre hacerlo allí o aquí?
En EE. UU. hay más opciones porque el mercado es grande y hay muchas publicaciones en las que, además, utilizan mucho la ilustración; aquí las publicaciones son limitadas y el uso de ilustración en ellas también. Otra gran diferencia son las tarifas, aquí se van reduciendo año tras año, y entre que hay menos opciones y se paga cada vez peor se hace difícil vivir como ilustrador. Por otro lado, una de las cosas que agradezco del funcionamiento de los americanos es que son muy claros de entrada: junto con toda la información del encargo añaden el presupuesto, aquí parece que sea un tema tabú. Pero no todo el monte es orégano ya que, salvo excepciones, como en la mayoría de los casos las ilustraciones van dirigidas a un público amplio, suelen preferir ideas más sencillas, amables y muy pegadas a lo políticamente correcto.
Tras superar el aprendizaje del inglés, ¿has pensado en utilizar el mismo sistema para aprender otro idioma? ¿En qué estás trabajando ahora?
Ahora estoy con mi trabajo habitual de ilustración y los ratos libres los dedico a buscar lápiz en mano, hasta que se me aparezca una idea bien clara delante de las narices. Me encantaría aprender otros idiomas pero solo tengo una vida y solo me da para uno.
Título: English Is Not Easy
Autora: Luci Gutiérrez
Editorial: Blackie Books
Páginas: 342 páginas
Fecha de publicación: Septiembre 2013
ISBN: 9788494140945
Precio: 19,90 €