Aunque ya lo hemos escrito en alguna ocasión, vale la pena repetirlo: Un Pinter siempre vale la pena. Y la ocasión se presenta en el Teatro Bellas Artes de Madrid, con el estreno el pasado 16 de marzo de El cuidador, clásico escrito por Pinter en el año 1960.
«El cuidador hace referencia de una manera ambigua tanto a la posibilidad de cuidar a otra persona como a la de cuidar un piso. Los tres personajes de la obra intentarán cuidarse y cuidar la propiedad de una manera que vista desde afuera parece un desastre propio de una comedia clásica en blanco y negro dentro de una película de intriga y suspense».
De nuevo Pinter más que una trama nos presenta una situación en la que analiza la esencia del ser humano y lo absurdo, a veces, de su existencia. Tres personajes, uno mayor y los otros dos más jóvenes, coinciden en un apartamento. A partir de aquí iremos descubriendo la historia de cada uno de ellos y los claro-oscuros que han marcado y marcan sus respectivas vidas: un anciano que malvive con trabajos en precario aunque con ínfulas de grandeza; un joven que le acoge en su apartamento con un historial de tratamientos psicológico que le han dejado secuelas y su hermano, una persona mucho más activa aunque incapaz de tomar decisiones y llevarlas a cabo.
De esta forma el autor utiliza la excusa del “apartamento” en el que conviven los tres personajes, para tratar, con un sutil sentido del humor y la ironía, la base de la existencia humana. Tres vidas perdidas o en camino de perderse, condicionadas ya sea por el pasado, por el presente o por el futuro, tres personajes que buscan compañía ante sus inconsistentes existencias con la que comunicarse, aunque a veces la comunicación sea difícil entre ellos.
El cuidador se convierte así en un tour de force entre los tres actores: Joaquín Climent encarna a un hombre marcado en la piel por el desalentador paso de la vida y que ha llegado a la vejez desconfiando de casi todos; Juan Díaz da vida al personaje más débil de la trama y Alex Barahona aporta el carácter más desenfadado de la representación, aunque incapaz e inconstante.
El escenario nos muestra un apartamento vacío sin muebles, o mejor dicho, con muchos muebles y cachivaches pero amontonados y desordenados, como la vida de los personajes, lo que permite que destaque sobre todo la actuación de los tres actores, bien dirigidos para la ocasión por Antonio Simón, que consigue recrear el efecto Pinter con una sutil dirección de actores.
El cuidador requiere atención por parte del espectador, y es que un Pinter siempre requiere un pequeño esfuerzo por parte del público, aunque una vez en línea con el trasfondo de la trama, la reflexión emana por sí misma, forzándonos a reflexionar sobre la existencia de los personajes que pululan sobre el escenario, y por qué no, sobre lo vacío de un mundo, el nuestro, en el que lo material, en este caso el apartamento, se impone a lo espiritual, en la deriva existencial que muchos y muchas nos vemos obligados a recorrer a lo largo de la vida.
«El cuidador» se representa en el Teatro Bellas Artes de Madrid del 16 de marzo al 24 de abril de 2022.
Dirección: Antonio Simón
Reparto: Joaquín Climent, Álex Barahona y Juan Díaz
Autoría: Harold Pinter
Traducción: Juan Asperilla
Escenografía: Paco Azorín y Alessandro Arganceli
Iluminación: Pedro Yagüe
Sonido: Lucas Ariel Vallejos
Vestuario: Ana Llena
NOTA CULTURALIA: 7,9
Jorge Pisa