El teatro es sinónimo, muchas veces, de clásico, aquel texto que se representa una y otra vez a través del tiempo y de las generaciones, ya sea por la belleza de sus formas o por lo destacado de los temas, actuales o universales, que examina. De ahí que siempre se representen los clásicos.
Tartufo se estrenó el pasado 1 de septiembre en el Teatro Reina Victoria de Madrid con la doble intención de interactuar escénicamente con el texto de Molière y de repensar, desde un punto de vista actual, la obra del dramaturgo francés.
«El buen burgués Orgón ha caído bajo la influencia de Tartufo, un falso devoto, que busca quedarse con todos sus bienes. El impostor exagera la devoción y llega a convertirse en el director espiritual de Orgón. Además, pretende casarse con la hija de su benefactor, al tiempo que trata de seducir a la segunda esposa de este, Elmira. Una vez desenmascarado, tratará de aprovecharse de unas donaciones firmadas que Orgón le ha transmitido para intentar echar al dueño de su propia casa. Recurre, incluso, ante el rey, pero éste, hace que Tartufo sea detenido al descubrir que el beatucón no es más que un estafador».
Ernesto Caballero nos ofrece una adaptación diferente y actual del Tartufo de Molière, en el que la búsqueda del sentido del texto es el objetivo central de la representación. Los actores y las actrices que se preparan para iniciar la interpretación de la obra son abordados por la «chica de la limpieza» del teatro instantes antes de que dé comienzo la representación. Sus comentarios provocarán en ellos una crisis interpretativa que los llevará a reflexionar sobre por qué están representando la obra en cuestión. Y es aquí donde radica la originalidad de esta versión de Tartufo, su vector actual y descontextualizado de lo que sería una representación tradicional del Tartufo de Móliere en la que el juego del teatro – metateatro estará siempre presente.
Caballero acierta, así, con una obra de reflexión teatral para todos los públicos que nos permitirá ver la obra de Molière y al mismo tiempo reconocer el esfuerzo actoral y de dirección a la hora de plasmar una nueva versión de un clásico. Si bien, a la obra le falta algo, como la claridad en la representación, que se descuida a veces y la falta de una resolución enérgica de la propuesta, que impide ver al público el por qué de la representación de la obra tal y como se hace, perdiéndose en actualizaciones no del todo apropiadas.
En el Tartufo, sin embargo, pone mucho empeño el elenco, en el que destaca el cabeza de cartel, Pepe Viyuela, que encarna al pérfido e interesado Tartufo, al que acompañan, entre otros, Paco Déniz, que da vida al crédulo Orgón y Silvia Espigado, que interpreta a Elmira, la resolutiva mujer de este.
Pero el teatro es el teatro, ya lo sabéis, es ficción y artificio, y reelaboración, y reflexión constante, elementos estos que guían está versión de Tartufo, una consideración sobre qué es el teatro válida en una época en la que el ocio cultural ha mutado y en la que lo que valía antaño ya no tiene el mismo poder de convocatoria en un mundo, el nuestro, dominado por lo digital y por la deconstrucción de los valores y las estéticas tradicionales.
«Tartufo» se representa en el Teatro Reina Victoria de Madrid del 1 de septiembre al 3 de octubre de 2021.
Autor: Molière
Adaptación y dirección: Ernesto Caballero
Reparto: Pepe Viyuela, Paco Deniz, Silvia Espigado, Jorge Machín, Javier Mira, Estibaliz Racionero, María Rivera, Germán Torres
Escenografía: Beatriz San Juan
Iluminación: Paco Ariza
Sonido: Luis Miguel Cobo
Vestuario: Fernando Muratori
Producción: Lantia Escénica
Horarios: de martes a viernes a las 20:00 horas; sábados a las 18:00 y a las 20:30 horas y domingos a las 18:00 horas
Precio: de 22€ a 26€
idioma: castellano
Duración: 100 minutos
NOTA CULTURALIA: 6,9
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Jorge Pisa