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Crítica teatral: Luces de bohemía, en la Biblioteca de Catalunya.


Ayer finalizaron en el espacio escénico de la Biblioteca de Catalunya las representaciones de la adaptación de la obra de teatro de Valle-Inclán Luces de Bohemia, un maravilloso ejemplo del esperpento literario, político y social de la España de principios del siglo XX y, también, de la España de inicios del siglo XXI.

Ciertas obras escritas se acaban convirtiendo a lo largo del tiempo, debido a diversos factores, en una referencia clásica para épocas posteriores que despliegan la amplitud de su mirada para, de vez en cuando, fijarla en sus páginas y extraer de ellas motivos e ideas válidas para su momento histórico concreto y aprovecharse, de esta manera, de la fuerza creativa del pasado para redirigirla hacia el presente y a veces, incluso, hacia el futuro.

Todo lo dicho en el párrafo anterior se podría aplicar a esta Luces de Bohemia adaptada por la compañía La Perla 29 y que se ha representado dentro del marco del Festival Grec de Barcelona 2011 en la Biblioteca de Catalunya. Un esfuerzo teatral destacado que se ha visto recompensado con la asistencia masiva del público que, como si fuera un partido de futbol, ha llenado las graderías/patio de butacas del teatro incluso en las sesiones de los días previos al final de sus representaciones, algo insólito en la oferta teatral de la ciudad y, más aún, a finales del mes de julio.

Y el éxito reside en la calidad y la clarividencia del texto, no por otra razón la obra más conocida de Ramón del Valle-Inclán, por el acierto en la adaptación de La Perla 29 liderada por Oriol Broggi y por la elección del cartel de actores, entre ellos Lluis Soler, Manel Dueso, Marissa Josa, Camilo García o Jordi Martínez, un seguro de profesionalidad y de “pedigrí” teatral.

Aunque me imagino que la trama de Luces de Bohemia es conocida por muchos, la sección en la que escribo me obliga a hacer una breve sinopsis de su argumento, que no es otro que el malsano pulular nocturno de Max Estrella, escritor y poeta ciego venido a menos, por las calles de un Madrid opresivo y bohemio de principios de la década de los años veinte del siglo pasado. La necesidad económica obliga a Estrella a salir de su casa para intentar deshacer una venta de libros al librero Zaratustra. La imposibilidad de llevar a buen fin esta transacción obliga a Estrella, acompañado de su “fiel” amigo Latino, a iniciar una odisea noctámbula que le hará recorrer calles, tabernas, prisión e incluso los despachos de un ministro excompañero suyo, lo que le hará entrar en contacto con algunos de los moradores de la noche, ya sean bohemios, prostitutas, guardias civiles, revoltosos, o anarquistas y le llevará a iniciar una última experiencia vital en la que será fiel testigo de las inmundicias de una España que se dirigía a marchas forzadas hacia el enfrentamiento político y social que desencadenaría la Guerra Civil y la instauración de un régimen fascista y dictatorial encarnado por la figura del general Franco.

Si aquellos que están leyendo ahora mismo esta reseña lo consideran correcto, evitaremos aquí hacer un análisis histórico de la obra de teatro, que necesitaría mucho más espacio del disponible aquí (y muchas más capacidades de las detentadas por mi persona), y nos centraremos más en la adaptación realizada por la compañía La Perla 29, que tendría que ser en un principio lo que más nos interesa.

Lo primero, sin duda, es el espacio en el que se desarrolla la obra. El escenario está cercado en forma de U por tres graderías que delimitan el desarrollo de la trama y aproximan el espectáculo al espectador. En el único límite abierto del mismo se ubica una entrada que tanto se convertirá en la parte exterior de una taberna como en el linde de un espacio interior. No hace falta que diga nada sobre el contenido arquitectónico y estructural del espacio teatral de la Biblioteca de Catalunya, un elemento que potencia el clasicismo y la sustancia de la obra en representación.

La adaptación de Broggi le da un tono animado a la obra. Son los mismos actores, en segundo plano, los que presentan las escenas que los focos se encargan de delimitar visualmente. De nuevo el final de un acto se reconvierte en el inicio del siguiente cuando se retiran o se resitúan los pocos elementos de atrezo que se muestran, entre ellos algunas mesas, sillones y cajones, lo que da a la obra un importante dinamismo. El único inconveniente para los espectadores lo representa la extremadamente alargada extensión del escenario rectangular que impide, en determinadas ocasiones y desde determinados sectores, poder seguir visualmente el acontecer dramático de la trama.

Broggi ha decidido mantener el esquema clásico (pensemos en los años veinte del siglo pasado) de la obra, manteniendo el formato visual de la misma, con un vestuario adecuado y unas formas precisas y ubicables temporalmente, hecho que se agradece y mucho en estos tiempos en los que casi cualquier cosa se actualiza y «tunea artísticamente» a la medida, consiguiendo, muchas veces, tan solo alborotar y confundir al respetable que resulta desorientado por el hecho de no establecer una relación clara entre lo que oye y lo que ve.

Y por último el trabajo de unos actores que enriquecen y redondean un artículo ya de por sí precioso. De nuevo nos hallamos con Luces de bohemia en presencia de lo que podríamos llamar, y permítanme que utilice de nuevo un símil futbolístico, una plantilla de Champions que incluye, y quiero citarlos a todos, a Lluis Soler, Xavier Boada, Màrcia Cisteró, Manel Dueso, Marissa Josa, Camilo García, Jordi Martínez y Jacob Torres, interpretando todos los personajes necesarios para la dramatización de la obra, lo que obliga a alguno de ellos a encarnar a más de un carácter. Creo, pues, que no hace falta decir nada más de la “potencia” actoral y teatral de la obra después de haber citado a los actores y las actrices que actúan en ella, las “horas de vuelo” de los cuáles garantizan un espectáculo de alta categoría y un reclamo seguro en taquilla, algo que ya se podía suponer, como así ha ocurrido, desde un principio.

Ya para finalizar, aunque el inicio del párrafo anterior comenzaba con un “Y por último”, destacar la categoría literaria del texto y del autor adaptados, Luces de Bohemia y Ramón María del Valle-Inclán, dos clásicos de la literatura en letras hispánicas y, como no podría ser de otra forma, también de la literatura universal, que producen una sensación de empequeñecimiento en el espectador que acude a una representación de la obra y le genera unas irrefrenables ganas de conocer algo más de la vida y de la obra de un gigante, en este caso de uno sobre pies de hierro colado.

Luces de Bohemia” se representó en el espacio escénico de la Biblioteca de Catalunya del 22 de junio al 24 de julio de 2011.

REESTRENO: La obra se repone en el espacio escénico de la Biblioteca de Catalunya del 20 de septiembre al 2 de diciembre de 2012.

Autor: Ramón María del Valle-Inclán
Dirección: Oriol Broggi
Intérpretes: Lluís Soler, Xavier Boada, Màrcia Cisteró, Manel Dueso, Camilo García, Marissa Josa, Jordi Martínez y Jacob Torres
Espacio: Oriol Broggi y Sebastià Brossa
Iluminación: Pep Barcons
Vestuario: Berta Riera
Sonido: Jordi Agut
Técnico: Guillem Gelabert
Producción: La Perla 29 con la colaboración del Grec 2011 Festival Barcelona
Horarios: de martes a sábado a las 20:30 horas y los domingos a las 18:30 horas.
Precio: 22 €.
Idioma: castellano.
Duración de la obra: 120 minutos.
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Escrito por: Jorge Pisa Sánchez

Estreno teatral: Luces de Bohemia, en la Biblioteca de Catalunya.


Llega al espacio escénico de la Biblioteca de Catalunya la adaptación teatral de Luces de Bohemia de Valle-Inclán, realizada por la compañía La Perla 29 y dirigida por Oriol Broggi, un repaso a la vida literaria y a la sociedad española de principios del siglo xx.

Max Estrella, el escritor, artista, quizás un payaso que vive al margen del sistema, se pasea por Madrid en un itinerario que pasa por cafés, tabernas y prisiones y que es, de hecho, un cruel repaso a la vida literaria y a la sociedad española de principios del siglo xx. La decadencia de un país y sus ciudadanos son los protagonistas de la obra, donde Valle-Inclán proyecta su ácida mirada a través de los ojos de un miserable poeta que, en su ceguera, es el único que logra ver con claridad más allá de la uniformidad que lo rodea.

Valle-Incánescribió Luces de bohemia desde una actitud crítica radical respecto a la España oficial de su tiempo, siendo muy consciente que el sistema político de la restauración estaba agotado y que por un lado iban los políticos y por otro la realidad social. Denunció los excesos del sistema, a través de la sátira. Y la obra realmente fue más allá, explicando una manera de entender la cultura española y al mismo tiempo proponiendo una visión muy trágica de la existencia. Entre la sátira y la elegía grotesca encontramos el recorrido completo del Esperpento. Max Estrella encarna al artista bohemio del cambio de siglo anterior, para pasar revista al fracaso de sus ideas y a sus contradicciones, con un cierto tono elegíaco…Valle-Inclán tiene la habilidad de sintetizar elementos diversos y concretos, a la vez que puede plantear grandes preguntas.

Es así como Luces de bohemia es un repaso de la actualidad política y social española, y una profunda reflexión sobre la cultura española y, a la vez, sobre la existencia.

Yo estoy arrepentido de haber cultivado tanto tiempo la literatura por la literatura, el arte por el arte. Por eso dedico ahora mis esfuerzos a una literatura especial que llamo de los Esperpentos. Actualmente en la vida ya no se observan más que eso: esperpentos.” R. De Valle- Inclán.

Luces de Bohemia” se representa en el espacio escénico de la Biblioteca de Catalunya del 22 de junio al 24 de julio de 2011.

REESTRENO: La obra se repone en el espacio escénico de la Biblioteca de Catalunya del 20 de septiembre al 2 de diciembre de 2012.

Autor: Ramón María del Valle-Inclán
Dirección: Oriol Broggi
Intérpretes: Lluís Soler, Xavier Boada, Màrcia Cisteró, Manel Dueso, Camilo García, Marissa Josa, Jordi Martínez y Jacob Torres
Espacio: Oriol Broggi y Sebastià Brossa
Iluminación: Pep Barcons
Vestuario: Berta Riera
Sonido: Jordi Agut
Técnico: Guillem Gelabert
Producción: La Perla 29 con la colaboración del Grec 2011 Festival Barcelona.

Horarios: de martes a sábado a las 20:30 horas y los domingos a las 18:30 horas.
Precio: 22 €.
Idioma: castellano.
Duración de la obra: 120 minutos.

Crítica de la obra en Culturalia: https://cinelatura.wordpress.com/2011/08/01/critica-teatral-luces-de-bohemia-en-la-biblioteca-de-catalunya/