El teatro es pasión, o mejor dicho, se vive como una pasión. La escena da forma a la vida y al examen que hacemos sobre nosotros mismo. Es en este contexto en el que se ubica Mort d’un comediant, una reflexión sobre el teatro como una forma de hacer frente y, al mismo tiempo, huir de la realidad.
“Adri, un joven cuidador de ancianos, empieza a trabajar en casa de Llorenç Cardona, uno de los actores más respetados y queridos de Cataluña. El primer día, su sobrina Miranda le advierte que para conservar el trabajo deberá seguir un montón de normas que van más allá de sus tareas habituales: en la recta final de su vida, Llorenç parece haber perdido la cabeza y en ocasiones decide comportarse como los personajes que ha interpretado durante su dilatada carrera y obligando a Adri a seguirle la corriente”.
Guillem Clua como autor y Josep Maria Mestres como director han dado vida a una propuesta que gustará al público. Una trama actual que nos retrotrae a la esencia del teatro, en la que destaca Jordi Bosch que da vida a un famoso actor de teatro que sufre un trastorno mental. Su día a día quedará afectado por la llegada de Adri, su nuevo cuidador. Entre los dos se generará un vínculo de amistad a través del teatro, que llevará a Adri a descubrir el por qué del estado de Llorenç.
Mort d’un comediant es un alarde teatral creado para hacer brillar a su protagonista principal, en este caso a Jordi Bosch, que se verá obligado a lo largo de la obra a representar a diversos de los grandes personajes del teatro en su ansia de enseñar a Adri donde reside la magia del arte escénico. Y Bosch no rehuye su responsabilidad y lleva a cabo una Masterclass sobre el escenario que seguro que emocionará a más de uno.
La obra está ideada como una tragicomedia en la que la comedia y las risas predominan en la primera parte de la representación y la realidad más trágica, centrada en los problemas mentales del protagonista, se imponen en la segunda parte, cuando el público descubre los motivos que han llevado a Llorenç Cardona a refugiarse en el teatro para no hacer frente a la realidad. Es en esta segunda parte en la que los personajes de Adri (Francesc Marginet Sensada) i Miranda (Mercè Pons) toman, en parte, las riendas de la representación, lo que permitirá al público conocer poco a poco la verdad de lo que pasa sobre el escenario.
Todo cuadra, así, a la perfección, con el talento de Clua que envuelve su texto en la misma sustancia del teatro y a la sutileza de la dirección de Mestres, que sabe conducir el desarrollo de la representación en todo momento. Nada sería, sin embargo, posible sin el oficio de Bosch, que sabe dar a cada uno de los personajes o, mejor dicho, a cada una de sus interpretaciones, el toque que necesita. La única pega, un cierto grado de artificiosidad en el desarrollo de la trama que, creo, se centra más en la magia seductora del teatro que en la realidad que comporta la gestión de un problema de salud mental.
Aún así, Mort d’un comediant es una recomendación inexcusable para aquellos a los que le guste que el teatro hable del teatro y que quieran disfrutar con una trama actual y cercana envuelta por algunos de los grandes clásicos del teatro.
“Mort d’un comediant” se representa en el Teatre Romea del 21 de marzo al 1 de junio de 2025.
Autoría: Guillem Clua
Dirección: Josep Maria Mestres
Reparto: Jordi Bosch, Mercè Pons y Francesc Marginet Sensada
Escenografía: Joan Sabaté
Vestuario: Bàrbara Glaenzel
Iluminación: Kiko Planas
Espacio sonoro: Jordi Bonet
Caracterización: Toni Santos
Producción: Teatre Romea
Horarios: de martes a viernes a las 20:00 horas; sábados a las 17:30 y a las 20:00 horas y domingos a las 17:30 horas
Precio: a partir de 16,10€
Duración: 90 minutos
Idioma: catalán
NOTA CULTURALIA: 8,5
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Jorge Pisa
